Esa sensación de vacío es como un viejo amigo que nos visita cuando quiere y se va sin avisar. Algunas veces en el pecho, algunas veces en las manos, y otras veces… es solo un vacío inexplicable. Tal vez son nuestras almas, que se aburren de nosotros, y salen a deambular.
O tal vez solamente salen a buscarse… para ver si así, por fin tenemos un pedacito, el uno del otro.
-Brossard
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